Dirigido a abogadas emprendedoras que sienten la frustración de ir apagando fuegos diáriamente y tener los mismos resultados, se sienten incomprendidas por tener que dedicar tantas horas al trabajo, y no tienen tiempo ni para hacerse unas mechas en la peluquería (y sin sentirse culpables).

Sea o no vocacional, la realidad es que ser abogada a día de hoy no es nada fácil. Reuniones hostiles, negociaciones interminables y la inseguridad jurídica que nos persigue constantemente en cada asunto hace que el estrés se convierta en nuestro compañero de trabajo más cercano. Y eso no es bueno, aunque lo hayamos normalizado.

Durante más de 15 años en mi ejercicio como abogada empresaria, he podido observar como la historia se repite en cada una de nosotras: dolores de barriga, insomnio, irritabilidad, desánimo y un largo etc. Y por eso decidí investigar y formarme en PNL, coaching e inteligencia emocional. Unir mis dos experiencias, la mentalidad y la abogacía, sacar de aquí mi verdadera pasión y ayudar a otras abogadas, puedo decir, a día de hoy, que es lo que me hace más feliz.

Ya son muchas las mujeres que han confiado en mí y en mi método, mujeres perfectamente imperfectas que han dejado a un lado el perfeccionismo, la autoexigencia y han añadido una nueva palabra en su día a día: la autocompasión.